La importancia del recuento de nuestras finanzas personales

Finanzas Personales

Las fiestas de fin de año son también una época para reflexionar y hacer un recuento de lo que hicimos o dejamos de hacer en el año. ¿Logramos nuestros objetivos? ¿Cuáles sí y cuáles quedaron a la mitad? ¿Nos estamos alejando o acercando de nuestras metas de vida? ¿Qué podemos aprender al respecto?

No olvidemos que el dinero es parte de nuestro plan de vida, por ello no podemos dejar de lado el aspecto financiero al momento de hacer este análisis reflexivo y este recuento del año:

¿Tu patrimonio creció o disminuyó?

Un ejercicio importante que recomiendo realizar por lo menos cada trimestre (igual que las empresas) es un balance personal. Éste es una fotografía de nuestra situación financiera actual. Además, hacerlo es muy fácil, es simplemente una lista de lo que tenemos (el saldo de nuestras cuentas de cheques, ahorro e inversión así como el valor de nuestras propiedades), y una lista de todo lo que debemos (igualmente el saldo de nuestros créditos). Esto por sí sólo es importante, pero la resta de ambos conceptos (lo que tenemos menos lo que debemos) es el valor de nuestro patrimonio.

Hacerlo de manera trimestral nos permite ver si nuestro patrimonio está o no creciendo. Pero también nos permite conocer las razones: puede ser que tengamos más deudas, pero también puede suceder que el valor de nuestras inversiones haya bajado derivado de caídas en los mercados, un efecto que no debería preocuparnos demasiado.

Aun si no lo hiciste, toma tus estados de cuenta de principios del año y compara cómo está tu situación financiera a final del año. ¿Está mejor o peor? ¿Cuáles son las causas? Esto a su vez te dará una luz para ver qué puedes hacer a propósito y establecer metas concretas de cara al 2015.

¿Qué porcentaje de lo que ganaste te quedaste para ti?

Esto es sumamente importante y vale la pena reflexionar a propósito. ¿Cuánto de lo que ganamos realmente nos quedamos? Desde luego, todos tenemos necesidades y cuentas por pagar, desde la luz, la renta o hipoteca, la tarjeta de crédito, hasta los alimentos para la familia. Pero ¿y nosotros?

Siempre he comentado que el secreto para construir un patrimonio empieza primero por el ahorro, no importa el tamaño de nuestro ingreso. En el libro clásico El hombre más rico de Babilonia de George S. Clason, se dice que por lo menos debemos ahorrar 10% de lo que recibimos (1 de cada 10 guaranies que ganamos).

Desde luego, hay muchas personas que están sumamente endeudadas y por lo mismo no pueden hacerlo. Tienen su flujo de efectivo comprometido: no sólo tienen que pagar lo que necesitan para vivir durante el mes, sino también cuotas de cosas que ya adquirieron con anterioridad. Este compromiso -estas cuentas por pagar- les impiden ahorrar. En este caso, primero hay que liberar flujo de efectivo, atacando estas deudas, tomando al toro por los cuernos para librarnos poco a poco de ellas. Después podremos comenzar a pagarnos a nosotros mismos.

No debemos olvidar que no sólo es el ahorro. Lo que verdaderamente nos permite incrementar nuestro patrimonio es la inversión inteligente, consistente y a largo plazo de este ahorro. Es en realidad la única forma, sobre todo si tenemos el tiempo de nuestro lado.

Lo que nos lleva a la última pregunta: ¿cómo te fue con tus inversiones este año? No importa si ganaste o perdiste, porque muchas veces esto depende del desempeño de los mercados financieros.

Lo que verdaderamente importa es que sean adecuadas a nuestros objetivos y a su desempeño, y que comparadas con su benchmark (índices del mercado contra los cuales podemos comparar si nos fue mejor o peor) hayan sido consistentes.

JOAN LANZARGOTA
Fuente: Diario 5 Días – Edición del 26-12-14