En los últimos tres años, una de las dos causas principales identificadas por el Foro Económico Mundial en su Ránking Global de Competitividad, y que representan obstáculos para la realización de negocios en el Paraguay, es la “inadecuada capaci¬tación de su fuerza laboral”.
Siendo esta una causa recurrente manifestada por los referentes locales, empresarios fundamental¬mente quienes han sido consultados por el Foro Económico Mundial, resulta imperiosa la nece¬sidad de impulsar acciones tendientes a revertir esta situación. Caso contrario, los esfuerzos que desde el Estado se realicen a fin de atraer inversio¬nes para dinamizar la economía podrían tener un freno importante, dado que no se cuentan con los recursos humanos con calificación suficiente para capitalizar esas oportunidades.
Es en este punto donde se comienza a visibilizar uno de los roles más importantes del sistema edu¬cativo, consagrado en la misma Constitución na¬cional, que en su Artículo 78 reza: “El Estado fo¬mentará la capacitación para el trabajo por medio de la enseñanza técnica, a fin de formar los recur¬sos humanos requeridos para el desarrollo nacio¬nal”.
Al respecto y si se observa a la educación formal, es decir la que no es dictada a través del Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) o el Sis¬tema Nacional de Formación y Capacitación Labo¬ral (Sinafocal), destaca la gran brecha que existe en la oferta educativa de carácter técnico en los cole¬gios de educación media (los tres últimos años del bachillerato).
Para el 80% de los 195.000 matriculados en bachi¬lleratos públicos, la única opción formativa repre¬senta el denominado bachillerato científico, que los prepara en conocimientos generales orientados fundamentalmente a quienes quisieran continuar sus estudios universitarios en ramas humanísti¬cas. Sin mucha formación en conocimientos y ha¬bilidades para la inserción laboral.
Sin desmeritar la importancia de la formación ge¬neralista, también hay que reconocer la necesidad de dotar a esos jóvenes de alguna formación en co¬nocimientos y habilidades que les permita inser¬tarse a un mundo laboral cada vez más exigente y competitivo, aunque fuese sólo para costearse la vida durante los estudios universitarios.
La formación técnica y tecnológica es una de las prioridades en la actual gestión del Ministerio de Educación y Cultura, y forma parte de las líneas de acción para una de las 24 iniciativas de la Agenda Estratégica 2014-2018. Este es un auspicioso ante¬cedente sobre el que hay que profundizar el apoyo del sector privado a la gestión de la educación. Las experiencias desarrolladas en Villeta, con el con¬sejo empresarial, son muestras tangibles del posi¬tivo efecto del involucramiento del sector privado como apoyo a la educación técnica de esa ciudad.
Paraguay tiene un gran desafío, el de formar a sus jóvenes no sólo con los conocimientos técnicos, sino además con las llamadas “Habilidades del si¬glo XXI”, tales como la creatividad, la innovación, el pensamiento crítico y el trabajo colaborativo. Estas son habilidades que deben complementar la formación puramente técnica, de manera a brin¬darles las mayores posibilidades de enfrentar este complejo y competitivo mundo laboral al que se es¬tán enfrentando.
Hoy, el 40% de los jóvenes de entre 15 y 29 años está subempleado o desempleado, en gran parte por carecer de capacitación suficiente para acceder a mejores condiciones laborales.
Por otro lado, según la última encuesta perma¬nente de hogares (EPH 2013), cerca de 215.000 jó¬venes de ese mismo rango de edades ni trabaja ni estudia. Son jóvenes que en esta situación no en¬cuentran la actividad laboral ni académica que les permita canalizar sus energías de manera produc¬tiva, generando así un ambiente propicio para la delincuencia y la marginalidad.
Este hecho representa, desde el punto de vista so¬cial, una verdadera bomba de tiempo, cuyas conse¬cuencias las terminaremos pagando todos.
Estas reflexiones y cifras deben servir de deto¬nante para una mejor comprensión acerca de la importancia de la educación y, en particular, de la educación técnica, en el presente y el futuro del Paraguay. Con estos antecedentes es posible visi¬bilizar que los esfuerzos que se realizan por atraer inversiones que ocupen “mano de obra” pueden encontrar en la escasa calificación de la fuerza productiva un freno importante al proceso.
LA EDUCACIÓN ES EL CAMINO
La sociedad toda es responsable en este proceso por mejorar la calidad de la educación. Los bene¬ficios de una mejor educación trascienden el be¬neficio personal de quien la recibe y genera ex¬ternalidades muy importantes que contribuyen a transformaciones culturales positivas, de las que todos los habitantes del país resultarán beneficia¬dos.
El Paraguay tiene una privilegiada ubicación geo¬gráfica que puede convertirlo en el principal HUB para el tránsito terrestre, ferroviario y aéreo en Sudamérica. Tiene recursos energéticos renova¬bles que le convierten en un país con condiciones únicas. Tiene un régimen tributario competitivo a nivel mundial. Pero, por sobre todo, tiene capital enorme a desarrollar a través de la educación: su gente, sus jóvenes, que entre todas las ventajas posibles, representan el recurso estratégico más im¬portante para el Paraguay.
Fuente: Diario 5 Días – Edición del 28 de Octubre de 2014