Las personas queremos tener todo de manera inmediata y casi sin ningún esfuerzo, es uno de los grandes errores de la mayoría de jóvenes.
Una grave deficiencia de nuestro sistema educativo es que en ningún nivel se nos proporciona de manera consistente y formal educación e información oportuna y sólida sobre los temas financieros.
Muchos iniciamos nuestra vida laboral cometiendo errores que son menores en un inicio y pequeños en apariencia, pero que sentarán las bases para los problemas financieros que enfrentamos en el futuro.
Lo que hay que aprender en esta etapa de la vida.
En un interesante y provocador libro publicado recientemente, titulado Por qué no me enseñaron esto en la escuela, el autor Cary Siegel detalla 99 principios básicos de administración financiera personal que deberíamos conocer desde jóvenes.
Un principio es “vive siempre debajo de tus medios”. La premisa es muy simple; la mayoría de las personas cuando iniciamos nuestra vida profesional, pero incluso en etapas posteriores, queremos tener todo de manera inmediata y casi sin ningún esfuerzo.
Ello nos lleva a exceder nuestra capacidad de compra, incurriendo en créditos cuyas condiciones no favorables provocan una afectación financiera de largo plazo.
Aprender a controlar los impulsos de gasto y a vivir con lo que nuestra capacidad, conocimientos, habilidades, talento y oportunidades laborales nos presentan puede generar una disciplina de largo plazo que sea la sólida base para la construcción de nuestro patrimonio futuro. Y no se refiere a tratar de vivir mal, sino a aprender a priorizar los gastos y enfocarnos en aquellos que son realmente importantes y nos generan valor.
Una combinación de otros principios mencionados en el libro puede resumirse en la importancia de aprender a utilizar siempre los beneficios que tenemos disponibles y a nuestro alcance.
Por ejemplo, muchas personas en nuestros empleos tenemos acceso a descuentos en distintas empresas con las que se tiene algún convenio; en otros casos, la pertenencia a alguna institución financiera o comercial nos concede condiciones de compra o descuentos que podemos utilizar. Obtener descuentos en gastos de muy diversa índole, como pueden ser médicos, ópticas y otro tipo de bienes y servicios, en un periodo largo de tiempo puede significar un recurso importante que ahorramos a nuestro gasto.
El valor del tiempo y la paciencia
Otro principio que con frecuencia olvidamos es que hacerse rico se hace lentamente. Muchos buscamos esperanzadamente la oportunidad de negocio o laboral, o la coyuntura específica que nos produzca riqueza de inmediato. A menos que se dediquen a alguna actividad ilícita, hereden inesperadamente o ganen un premio, la mayoría de las personas que conocemos, que cuentan con riqueza, construyeron su patrimonio a partir de acciones constantes a lo largo de un periodo prolongado de tiempo.
Entender esta realidad nos ayudará a tener el foco y la disciplina necesarias en aquellas actividades que realmente contribuyen a la generación de riqueza.
Dos principios señalados en el libro que también conviene destacar son:
Por un lado, el relativo a cuidar nuestra salud como un medio para garantizar nuestras mejores condiciones de desempeño profesional y para evitar gastos elevados en el futuro, producto de un problema de salud que pudimos haber evitado en el pasado.
El segundo término está muy dirigido a los jóvenes que inician su vida profesional, es el principio de que en tus primeros empleos, si los aprovechas adecuadamente, estarás obteniendo más que simplemente una remuneración económica.
Aprender a aprovechar esa etapa de aprendizaje, de obtención de información, pero también de generación de una reputación profesional y de una ética de trabajo, puede representar un valioso activo que contribuya a la generación de valor posterior en nuestra vida profesional.
Éstos y muchos otros de los principios mencionados en el libro, aun cuando parecen evidentes o triviales, de haberlos tenido claros desde nuestra juventud y de haberlos aplicado desde el inicio de nuestra vida laboral, tendrían importantes repercusiones en la futura consolidación de nuestra vida financiera.
Fuente – Diario El Economista de México
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)