Los 7 vicios del líder empresarial (II)

Equilibrio del Lider

4. Sobriedad y falta de equilibrio. Síntomas:

• Es exagerado por naturaleza, en los buenos y en los malos momentos. Falta equilibrio y ecuanimidad.
• Realiza un uso inadecuado de los bienes materiales y humanos.
• Descuida y no controla (porque no los valora) los detalles pequeños.
• No sabe gestionar bien la austeridad.
• No elimina el gasto superfluo (infla la estructura), se recrea e incluso se vanagloria en ellos y “retacea”, cuando el gasto o la inversión es necesaria.

Por el contrario, líder con temple:

• Cuida los pequeños detalles y los grandes
• Acomoda posibilidades y medios
• Elimina la parafernalia del poder y evita lo superfluo. No se aprovecha del cargo
• Evita el juicio precipitado
• Gestiona con cuidado los bienes ajenos
• Es transparente en su comportamiento
• Tiene un comportamiento sencillo y cercano
• Tiene sensibilidad en el control del gasto
• Mantiene siempre la plantilla adecuada y la llena de contenido y de metas.

5. Falta de valentía. Síntomas:

• No define criterios ni políticas
• No reconoce los méritos de cada uno. No es ecuánime en sus evaluaciones
• No evalúa ni premia la iniciativa, la innovación la excelencia y la aportación de valor de sus colaboradores
• “Prefiere no complicarse la vida”
• No habla claro ni aporta razones consistentes. Ni lo hace en el momento oportuno.
• No sabe exigir.

Justicia. El líder justo:

• Trata a las personas como tal: libres y responsables
• Evita los agravios comparativos
• Informa y aclara principios, normas, criterios y valores de actuación
• Ofrece las mismas oportunidades y el mismo apoyo a todos
• Impide la búsqueda de culpables fuera de uno mismo
• Escucha, comprende, valora y juzga
• Exige a cada persona en función de sus capacidades y de todo lo que pueda dar.

6. Ambición. Síntomas:

• Carece de cautela y de previsión: conduce a la frustración personal y colectiva.
• Es un iluso y un irresponsable, traza objetivos inalcanzables para él y para su equipo.
• La huida hacia adelante genera un círculo vicioso que acaba por explotar.
• Confunde audacia con utopía. Ausencia de metas realistas. Falta de conocimiento de unos límites razonables.

Por el contrario, el líder magnánimo:

• Fija objetivos ambiciosos pero realistas
• Analiza los medios disponibles y los adecúa a las metas fijadas
• Evita el conformismo y la resistencia al cambio. Mantiene la tensión de su equipo
• Conoce bien a las personas y sus posibilidades reales
• Fija criterios de reconocimiento en función de los retos
• Ayuda a la superación continua de los demás
• Consigue que cada persona se sienta importante y valore el hecho de poder ser “una pieza más” del engranaje del equipo.
• Se plantea retos difíciles de alcanzar y exige espíritu de superación y asume riesgos controlados
• Busca gente normal que quieran hacer las cosas bien siempre, gente ordinaria pero que haga cosas extraordinarias

7. Incoherencia. Síntomas:

• No vive los valores de los que “presume” y lo transmite con sus decisiones y sus comportamientos reales.
• Se gana la desconfianza y el desapego de los demás
• En las decisiones y en la acción, no pone en práctica lo que predica.
• Se olvida que el ejemplo vale más que mil palabras.

Por el contrario, el líder coherente:

• Predica con el ejemplo
• Es ejemplo de unidad de vida y de transparencia
• Los valores no están en el aire, se concretan y se demuestran en la acción, en su comportamiento y en sus decisiones
• Vive primero lo que desea que hagan los demás
• Transmite un mensaje fulminante y se gana la confianza y la credibilidad de los demás.

Sandalio Gómez, Profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones, IESE Business School.